Cáritas alerta de que la Covid-19 ha disparado un 25% la demanda de plazas para personas sin hogar
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En un informe presentado hoy se señala que los recursos de Cáritas para personas sin hogar están al borde de la saturación en toda España
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Urgen alojamientos de continuidad y medidas alternativas para todas las personas sin hogar afectadas por la pandemia
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Cáritas reclama políticas públicas ágiles para afrontar las nuevas necesidades planteadas por la Covid-19 que garanticen los derechos y la dignidad de estos “invisibles”
En el informe presentado hoy bajo el título “Las personas en situación de sin hogar acompañadas por Cáritas. Contexto en 2019 y durante el estado de alarma y la COVID-19”, Cáritas alerta de que la crisis sanitaria y social causada por el coronavirus ha provocado el aumento de la presencia de personas sin hogar en los recursos de la Confederación de toda España y ha incrementado la necesidad de plazas en un 25%.
Este aumento ha puesto al borde de la saturación la red de acogida y acompañamiento de Cáritas para las personas sin hogar, por lo que, como se reclamó en la rueda de prensa de presentación del estudio, “urgen alojamientos de continuidad y medidas alternativas para todas las personas sin hogar afectadas por la pandemia”, junto a políticas públicas ágiles
para afrontar las nuevas necesidades planteadas por la Covid-19 que garanticen los derechos y la dignidad de estas personas invisibles”.
Este informe, que se publica dentro de la colección “Estudios e Investigaciones” del sello Cáritas Española Editores, ha sido presentado por Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas; Thomas Ubrich, técnico del Equipo de Estudios y coordinador de la investigación; y Enrique Domínguez, técnico del Equipo de Inclusión y responsable de Personas sin Hogar.
Este estudio es el resultado de un exhaustivo trabajo de consulta llevado a cabo por el Equipo de Estudios de Cáritas entre las Cáritas Diocesanas de toda España que tienen algún tipo de proyecto de intervención con personas sin hogar, con el objetivo de disponer de un análisis fiable en torno a la realidad del sinhogarismo. Para ello se ha realizado una macro-encuesta en la que han participado 58 Cáritas Diocesanas, que representan el 92% de las Cáritas Diocesanas del país que tienen algún tipo de proyecto de intervención con personas en situación de sin hogar (PsSH).
Resultados de la encuesta: número de plazas y perfiles
La consulta ha permitido realizar una radiografía de la intervención que Cáritas lleva a cabo con estas personas y conocer el impacto que está teniendo la COVID-19 en los recursos y en los usuarios de los mismos. Cáritas estima que actualmente unas 40.000 personas viven en la calle en España, un dato muy superior a la cifra oficial de las 33.000 personas identificadas en el año 2015 en la Estrategia Nacional Integral para las Personas Sin Hogar y que es el instrumento del que
se ha dotado la Administración central para dar respuesta a la situación de estas personas.
Sobre la actividad llevada a cabo por Cáritas, destacan estos datos:
– Durante el último año, la red de Cáritas para PsSH atendió a 39.483 personas. El perfil general de las personas sin hogar acompañadas es el de un varón entre 45 y 64 años de nacionalidad española.
– El 53,5% son de nacionalidad española y el 46,5% restante extranjeras; de estas, siete de cada diez son de origen extracomunitario, y tres de cada diez son ciudadanos de un país de la Unión Europea.
– Cáritas gestiona un total de 5.448 plazas para personas sin hogar, a través de una red de 469 centros en todo el país.
– La mitad de estas plazas (2.700) son de tipo habitacional: centros de acogida y asistencia integral, pisos de acogida temporal, centros de noche, centros de acogida para mujeres solas o con sus hijos, o pisos de inclusión social de estancia
indefinida, entre otros.
– 2.100 plazas son gestionadas en centros de día, donde se facilitan y apoyan procesos orientados a la socialización, la recuperación de habilidades personales, la mejora de su salud y la ocupación del tiempo, junto a la mejora de su
empleabilidad y autonomía económica.
– Las plazas restantes corresponden a centros ocupacionales, empresas de inserción, casas de acogida VIH, drogodependencia, centros de urgencia y otros.
La encuesta revela los distintos perfiles de vulnerabilidad que presentan las personas acompañadas por Cáritas a través de sus recursos. En especial destacan los siguientes:
– La dureza de la realidad que sufren cerca de 7.100 mujeres sin techo o sin vivienda atendidas por Cáritas, muchas de las cuales se ven en la calle tras haber sufrido violencia.
– Los más de 1.000 niños, niñas y adolescentes que viven en familias sin vivienda habitual; y los 7.300 jóvenes entre 18 y 29 años, muchos de ellos jóvenes ex tutelados que salen de los centros de menores sin un alojamiento alternativo.
– La extrema fragilidad de los 2.000 mayores de 65 años que Cáritas acompaña a través de su red de atención a personas sin hogar.
Impacto de la Covid-19
La encuesta desvela el impacto que la pandemia está teniendo en la red de acogida a las PsSh de Cáritas. En primer lugar, la crisis socio-sanitario provocada por la COVID-19 ha provocado el aumento de la presencia de personas sin hogar en los recursos de Cáritas y ha incrementado la necesidad de plazas en un 25%.
Las plazas han aumentado durante la pandemia en un total de 1.407. Esto significa que, con la aparición de la emergencia, Cáritas está llegando a gestionar un total de 6.855 plazas para atender a las necesidades de PsSH.
“El coronavirus –ha subrayado Thomas Ubrich— ha puesto en primera línea la dificultad para el acceso a una vivienda digna y revelado la especial fragilidad de estas personas y la importancia de ese espacio de protección que es el hogar. Esta crisis nos ha hecho conscientes que no podemos vivir sin hogar: necesitamos independencia, de un hogar nuestro, no compartido, seguro y confortable”. “La vivienda es más que nunca un elemento central de la vida, y en particular frente al coronavirus”, ha añadido.
Los rebrotes de contagio y las nuevas medidas de confinamiento afectan especialmente a los más vulnerables. De ahí la advertencia lanzada por Ubrich de que en esta segunda ola “nuestros recursos están al borde de la saturación, a punto de desbordar nuestra capacidad para responder a las necesidades de las personas sin hogar”. “Necesitamos urgentemente de nuevas medidas—ha asegurado—, también a largo plazo ante la complejidad de la situación, así como mantener y consolidar las plazas nuevamente creadas, pero, sobre todo, avanzar hacia soluciones permanentes. No podemos olvidar que la vivienda es la primera barrera de protección para preservar la salud, la vida y la dignidad”.
Retos para la acción
Junto a los datos obtenidos a través de la encuesta a las Cáritas Diocesanas, el estudio plantea los retos y oportunidades que lanza la nueva realidad social creada por la pandemia, junto a una serie de orientaciones que permitan generar cambios encaminados a mejorar la vida de las personas sin hogar y en situación de exclusión.
A la luz de los datos recogidos, Enrique Domínguez puso el foco en estas constataciones, que supone un reto para el trabajo de Cáritas en este ámbito:
– Más de un tercio de las Cáritas Diocesanas llevan a cabo trabajo de calle, un servicio que, en general, cuenta con un menor desarrollo y presencia en la acción de las entidades sociales y las Administraciones.
– La atención de Cáritas se centra sobre todo en el acceso a un alojamiento adecuado: 8 de cada diez recursos destinados a PsSH son de tipo habitacional u alojamiento. Merecen destacarse los más de 220 recursos de alojamiento ubicados
en pisos.
– En torno al 80-90% de los recursos y dispositivos de Cáritas para PsSH son de titularidad propia. Durante el estado de alarma, la titularidad de las plazas generadas en colaboración con Cáritas ha sido sobre todo pública (un 74%).
– La encuesta confirma la necesidad de adaptar nuestras intervenciones y recursos a lo que las personas realmente necesitan, y trabajar cada vez más “con” las personas y no sólo “para” las personas.
– Aunque el estudio presenta un perfil general muy similar al “tradicional”, eso no significa que no existan o no estén llegando a los centros de Cáritas personas con otras situaciones de gran vulnerabilidad, como son los jóvenes ex tutelados que salen de los centros de menores sin un alojamiento alternativo, mujeres que han sido víctimas de una agresión o violencia, personas que encadenan estancias temporales en casas de conocidos donde ya no pueden quedarse, o quienes sufren un trastorno de salud mental o determinadas adicciones.
– Es preocupante el dato de que dos de cada diez personas sean jóvenes entre 18 y 29 años, un 18,6% del total, y que un 2,6% sean menores de edad, es decir que corresponden a familias en situación de sin hogar (hablamos de más de 1.000
niños, niñas y adolescentes).
– El papel decisivo de las personas voluntarias en la acción de Cáritas con las PsSH: en 2019 fueron 3.344 personas voluntarias, lo que supone un 78% del total de quienes desarrollan su acción en recursos de Cáritas dirigidos estas personas.
Orientaciones y propuestas
Los dos últimos capítulos del informe se dedican a señalar una serie de orientaciones y propuestas de intervención en este terreno, para garantizar el pleno acceso a los derechos humanos de las PsSH y unas condiciones de vida dignas.
De manera resumida, en la rueda de prensa se señalaron algunas, como:
– En un escenario de gran incertidumbre, desprotección y vulnerabilidad como el actual, las políticas públicas deben ser ágiles y dirigir su foco a las personas más vulnerables, que muchas veces son invisibles o ni siquiera están en el sistema.
– Urge que tanto las entidades sociales como las Administraciones pongamos la atención en la garantía de acceso y disfrute de derechos: a la salud, a la vivienda o a la protección social, entro otros.
– El riesgo de perder el enfoque integral y de derechos humanos en la acción con las PsSh a causa de la emergencia causada por la COVID-19 no debe suponer pasos atrás en nuestra apuesta por el acompañamiento a estas personas: se necesitan alojamientos de continuidad y alternativas de alojamiento para todas las personas que llegaron a los dispositivos provisionales durante la pandemia y que, a fecha de hoy, han desaparecido en su mayoría.
– Debemos avanzar a una sociedad de los cuidados, donde protejamos la vida de cada persona, y en especial la de las más vulnerables, y recuperar valores como la solidaridad, la justicia y la empatía. Esta transformación debe darse en la práctica en las comunidades y el conjunto de la sociedad, donde todos tenemos derecho a
tener un lugar.
Construir una nueva realidad
Las soluciones al problema de las personas sin hogar deben venir de la mano de esa colaboración entre los poderes públicos y las entidades sociales, como bien subrayó Natalia Peiro en su intervención. “Como Cáritas hemos colaborado, y seguimos haciéndolo, –afirmó— en el proceso de desescalada y reconstrucción posterior con las personas en situación de sin hogar, en la medida en que se han gestionado varios recursos nuevos y se han gestionado plazas de emergencia en colaboración con la Administración por todo el territorio”.
Y aunque “existe una gran incertidumbre de cara al futuro, nadie sabe cómo va a evolucionar la pandemia ni cómo vamos a salir de las diferentes olas y confinamientos que está suponiendo la COVID, tenemos la oportunidad de construir una nueva realidad de manera conjunta, implicando a toda la sociedad, en la que nadie sin hogar sea posible”, aseguró la secretaria general de Cáritas.