ALLÍ DONDE NOS NECESITAS ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA

RUEDA DE PRENSA PRESENTACIÓN DE LA CAMPAÑA

Intervienen:

Sr. Obispo de la Diócesis: Mns. Gerardo Melgar

Directora de Cáritas: Mª Concepción Aranguren Vila

Secretario General: Ángel Ruiz – Moyano de la Torre

 

ALLÍ DONDE NOS NECESITAS ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA

Aprovechamos esta rueda de prensa para dar a conocer cómo o cuál es el modo en el que acompañamos en Cáritas y lo voy a hacer a través de una historia.

Hola me llamo Alina, llegue a España hace 2 años con unos compatriotas, pero los sueños se truncaron tras agotar mis ahorros y no poder mantenerme con los trabajos esporádicos que encontraba. Me vi dando tumbos por diferentes ciudades hasta llegar a Ciudad Real.

Estaba desesperada ya que no me ayudaban desde la administración, esta aflicción me llevo a entrar en una Iglesia y buscar allí consuelo. Al ver mi tristeza y encontrarme sola, el párroco se acercó y se interesó por mi situación, me ánimo a acudir a Cáritas para ver si desde allí podían ayudarme. Las palabras del sacerdote me dieron esperanza y con ilusión fui a Cáritas a la mañana siguiente.

En Cáritas expuse mi situación, me sentí escuchada y apoyada.

Me explicaron la forma de trabajar que tenían: “estás en la acogida y desde aquí te iremos ayudando a pasar por los diferentes programas para poder darte una ayuda integral, tranquila estamos contigo y vamos hacer lo posible para que salgas adelante”, me dijeron.

Estas palabras de aliento supusieron para mí una nueva ilusión y esperanza para poder recuperar mi vida e intentar normalizarla.

El primer paso fue una cita para ir al programa de migraciones y mientras tanto me ayudaban económicamente, me entregaron una tarjeta monedero para poder tener alimentos y cubrir mis necesidades básicas.

Cuando acudí a la cita con el programa de migraciones, me indicaron los pasos y las posibilidades que había para poder regular mi situación, pues sin duda es lo principal para poder seguir avanzando. Al llevar dos años en España, la mejor posibilidad era pedir un arraigo de formación, es una manera de conseguir la residencia por el que te comprometes a formarte, eso me gusto porque soy muy juiciosa y quiero hacer las cosas bien.

Desde el programa de empleo vimos cual eran mis puntos fuertes y hacia donde podía orientar mi formación, me comprometí a realizarla para poder tener una salida laboral. Mientras esperaba la respuesta de extranjería, en la Cáritas parroquial me ofrecieron la posibilidad de iniciar un taller. Allí encontré un grupo de mujeres en situaciones semejantes a la mía, por lo que me sentí arropada y entendida, los voluntarios que lo impartían empezaron a ser como mi familia y con las compañeras pronto estrechamos lazos de amistad. Especialmente con Camila, que, como yo, también tuvo que huir de su país y terminó encontrándose en la calle. Tras una semana durmiendo en un cajero, le hablaron de Cáritas dónde encontró hospitalidad, techo, comida y familia, en el Centro Jericó. También he conocido a Raquel, que ahora es voluntaria en el programa de mayores, pero hace unos años fue participante. Ella visita a personas de edad avanzada y les hace compañía, dice que es su manera de devolver todo lo que le dio Cáritas cuando llegó aquí, y que ella también quiere seguir tendiendo su mano.

Esta historia refleja el rostro de las personas que día a día atendemos desde Cáritas Diocesana de Ciudad Real, personas con nombre y apellidos, con una historia de vida muy difícil, pero que no pierden la esperanza de comenzar de nuevo y conseguir sus sueños alcanzando sus propias metas, saltando obstáculos y emprendiendo un nuevo camino. Esta historia visibiliza la realidad de las personas que, de una manera u otra, un día han perdido el rumbo o el sentido, o no terminan de encontrar esa oportunidad para salir adelante sin recursos suficientes, para encontrar un trabajo o un lugar donde vivir, para empezar una vida sin miedo; para encontrar alguien que les escuche y les haga sentir importantes, para aliviar la soledad que genera la enfermedad, cumplir años o ser joven sin expectativas de futuro.

En Cáritas “Abrimos camino de esperanza, allí donde se nos necesita”, sea cual sea la historia de la persona.

Queremos ser reflejo de la entrega de Jesús por la humanidad, este ejemplo de amor impulsa a Cáritas a encarnar ese amor a través de sus acciones. En Cáritas sabemos que se puede recalcular la ruta de mil maneras, sólo hace falta estar ahí, cerca, al lado de tanta gente que lo necesita, y ofrecer lo que todas las personas llevamos dentro: amor en forma de escucha, acogida, empoderamiento, tiempo, oportunidad, un proyecto común. Vivir y estar en el mudo desde el Amor.

La Eucaristía nos vincula con Cristo y nos une en comunión con los hermanos, siendo un verdadero acontecimiento de fraternidad. Es un encuentro solidario, compartir lo recibido con los más necesitados. Desde la Eucaristía surge una ola de caridad destinada a extenderse a todas esas personas que se sienten solas y abandonadas, en condiciones de sufrimiento.

Estamos y queremos estar como Iglesia, como comunidad cristiana, estar con las personas más vulnerables, alzando la voz para denunciar el sufrimiento, la falta de oportunidad y de acceso a los derechos y para anunciar la buena noticia de la esperanza en cada encuentro que invita a empezar de nuevo.

Pero no basta con estar, acompañar, escuchar., orientar,… desde Cáritas queremos y creemos que es posible construir un mudo más fraterno, creemos que es posible cambiar las estructuras que hacen que cada vez haya más pobreza, que seamos, por ejemplo, el primer país europeo con mayor pobreza infantil, que no nos basta con que nos aumenten las subvenciones, y el apoyo económico que sí nos es necesario, sino repensar qué estamos haciendo como sociedad para cambiar las estructuras, para crear un mundo en el que podamos vivir todos dignamente como hermanos, donde nos apoyemos unos en otros, que no me sea indiferente lo que oigo en las noticias, lo que nos manipulan los políticos, Cáritas no está para hacer la labor de la administración sino para concienciar la importancia de vivir la fraternidad que nos ha enseñado Jesús de Nazaret

Vemos que la dignidad humana está en crisis, nos encontramos con:

Situaciones de exclusión mucho más severa, personas con un mayor deterioro psicoemocional.

Una problemática de la vivienda que se va agudizando y aumentan las situaciones de sinhogarismo en hombres, mujeres y familias

Una precariedad laboral que obstaculiza a muchas personas a vivir con estabilidad e iniciar proyectos de vida nuevos.

Más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias. Son invisibles para las Administraciones, pero no para nosotros que debemos ser ejemplo del amor de Cristo por la humanidad

¿Y qué hacemos ante las distintas situaciones de pobreza que vemos?

Podemos recordar, ahora que se han revivido los hechos del accidente aéreo en Los Andes con la película La sociedad de la Nieve, que, en palabras del Papa Francisco, “nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que ayudemos unos  a otros a mirar hacia delante  y abrir caminos de esperanza” FT 8. Estamos llamados a vivir y estar en el mundo desde el amor, un amor recíproco que nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado y excluido”

Termino mi intervención recordando que la campaña institucional de Cáritas busca animar, sensibilizar y dar testimonio de la Buen Noticia de Jesús a la sociedad así como mostrar la labor que realizamos como enviados por la comunidad cristiana para ejercer la caridad. Cáritas a través sus diferentes programas (acogida, acompañamiento, sin hogar, empleo, rural, vivienda, migración…) quiere ofrecer una luz de esperanza a personas en situación de vulnerabilidad ayudándoles a encontrar su lugar en la sociedad y construir un futuro mejor.

Muchas gracias por vuestra escucha. Ahora cedo la palabra a Ángel, secretario diocesano que nos situará con algunos datos e intervenciones.

  

ANTE ESTA REALIDAD:

Cáritas Diocesana de Ciudad Real, ha querido ser espacio, oportunidad de “acogida y encuentro, a veces inesperado, pero siempre sencillo”. En nuestro entorno más cercano, nuestro territorio hemos visto como más de 7.700 (7.724) personas han llamado a la puerta de nuestra institución con el desamparo en sus ojos y con sus planes de vida truncados por el motivo que fuere. De ellos, 2152 lo hacían por primera vez. Lo que constata que el riesgo de exclusión social, como venimos diciendo, ha cambiado de perfil. Tener un empleo no es garante ya de llegar a fin de mes. A pesar de las mejoras en el mercado de trabajo y la implantación de nuevas prestaciones, nos encontramos en una situación similar a los inicios de la Gran Recesión quince años después. Lo que constata la existencia de un colectivo descartado y al margen, que no se ve beneficiado en las recuperaciones económicas y cuya situación responde a cuestiones estructurales.

Tras la recuperación de la pandemia, encontramos un grupo de población con peores condiciones de vida que no deja de aumentar. Dentro de las carencias de las condiciones de vida básicos se encuentran la incapacidad de mantener una temperatura en la vivienda, de mantener una dieta básica o de hacer frente a gastos imprevistos.

El impacto de beneficiarios 13.381 personas. Y por otro lado, el programa de familias, ha dado cobertura, sobre todo a través de espacios educativos, en el mismo periodo de tiempo a 4.663 personas.

El total de ayudas prestadas ha sido de 19.138, ayudas dirigidas a cubrir gastos principalmente de alimentación, higiene y ropa aunque también se han destinado recursos al pago de ayudas para la vivienda o gastos sanitarios.

Por otro lado las actuaciones relacionadas con la atención a 416 personas mayores que han recibido la atención de Cáritas.

En relación a los Programas de Inclusión destacamos las 664 personas en situación de Sin Hogar atendidas, en los diferentes Centros – Jericó, Samaría y Abraham, así como en el piso de autonomía. Y por otro lado, destacamos a las 365 personas atendidas en el programa de Droga, con el Centro Siloé y la presencia de éste en los centros penitenciaria de Herrera y Alcázar de San Juan, así como en el CIS, con 416 personas en el último año.

Destacamos también, que más de un 68% (68,4% / 2.898 personas migrantes) de las atenciones que realizamos son a personas migrantes con las que realizamos un acompañamiento integral en el acceso a sus derechos. Las actuaciones específicas a las 828 personas temporeras, se han centrado en la cobertura de necesidades básicas, la orientación laboral y el análisis de la realidad. Dónde hemos constatado que casi un 30% de la población atendida se encontraba en exclusión residencial.

En relación a los colectivos de especial vulnerabilidad que acompañamos, destacan las 25 mujeres en contexto de prostitución que durante este 2023 hemos acompañado. Cáritas sigue apostando por un modelo de sociedad en que ninguna mujer tenga que ejercer prostitución y nadie la consuma.

El mercado laboral se presenta como una esfera de influencia determinante debido a que la gran mayoría de individuos obtienen sus ingresos a través del empleo. Continua existiendo mayor índice de desempleo entre las mujeres, además migrantes, convirtiéndolas así en un colectivo de mayor vulnerabilidad frente al mercado de trabajo. Destacar también el aumento de personas que no disponían aún de permiso de trabajo, pero estaban en vías de obtención y acuden a nuestros servicios en búsqueda de información, ayuda y acompañamiento en este proceso de regularizar su situación administrativa y en búsqueda de empleo.

Caritas Diocesana de Ciudad Real, a lo largo de este año 2023,  ha atendido desde el programa de empleo y economía social a 588 personas, participando en acciones de orientación, formación, intermediación laboral y autoempleo que se ofrecen desde el programa. Y 110 se han incorporado al mercado de trabajo.

Destacamos el impulso que ha experimentado la empresa de inserción “Reiniciar Alternativas Solidarias S.L.” Ciudad Real. Actualmente hay 143 contenedores instalados en 35 localidades y 20 puntos de recogida de ropa sin contenedor. Este número de contenedores ha supuesto un incremento de recogida de ropa con un total de total de 866.795 Kg en el último año. Teniendo 8 puestos de trabajo de inserción y dos líneas de negocio; la recogida de ropa y la tienda de ropa Moda-Re.

 

MÁS ALLÁ DE NUESTRAS FRONTERAS

Pero el trabajo de Cáritas, no se queda nunca en el límite de la diócesis. La universalidad de la Iglesia nos interpela y nos llama a levantar nuestros ojos, nuestro corazón, nuestro pensamiento, a tantos hermanos nuestros que sufren las consecuencias de las injusticias. Desde el Programa de Cooperación Fraterna acercamos la realidad del mundo a nuestras Cáritas Parroquiales y a la sociedad en general, animando a las comunidades parroquiales en la Dimensión Universal Caridad. Para ello, se tiene como referencia el Modelo de Cooperación Fraterna, expresado en una alianza solidaria entre Cáritas hermanas e Iglesias locales que se comprometen con la justicia y el servicio a los más empobrecidos.

Se han desarrollo 17 proyectos de cooperación con presencia en 10 países: Bolivia, Perú, Ecuador, Haití, Argelia, RD del Congo, Benín, Guinea Ecuatorial, Congo Brazaville y Palestina.

Cáritas Diocesana de Ciudad Real, mantiene activas 85 Cáritas Parroquiales, 10 Cáritas Interparroquiales. Y en este tiempo se ha producido el cambio de delegado diocesano en la persona de Felipe Muñoz.

Trabajo que se sustenta en la diócesis con 72 personas contratadas y el apoyo de 1.040 voluntarios distribuidos en los diferentes programas.

Para llevar a cabo la misión de Cáritas Diocesana de Ciudad Real se ha necesitado un total de 4.770.280,43€.

Nuestro agradecimiento a tantas personas que confían en Cáritas, a través de sus donativos y aportaciones, con la “doble X” en la Declaración de la Renta. También a las instituciones privadas que reconocen la labor de Cáritas y a las entidades públicas que desde la colaboración saben de la forma de trabajar de esta institución de la Iglesia.

Finalmente, agradecemos el trabajo de tantos voluntarios y voluntarias que cada día hacen realidad la propuesta de Jesús, “dando lo que son”.

 

 

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