-
Bajo el lema «Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte» la institución invita a que estas fiestas navideñas se vivan con sensibilidad, solidaridad y compromiso real
-
Cáritas invita a vivir una Navidad con esperanza y dignidad
Durante la mañana de hoy viernes, la directora de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, Concepción Aranguren junto con el Obispo de Ciudad Real, Abilio Martínez; ha presentado la campaña de Navidad. En estas fecha es momento para recuperar valores esenciales: la bondad, la humanidad y la capacidad de amar y perdonar. Es también una oportunidad para reflexionar sobre la dignidad de cada persona, que se ve amenazada cuando no se reconocen sus derechos y libertades, lo que conduce a la exclusión y la injusticia. Desde Cáritas Diocesana de Ciudad Real queremos una Navidad que nos lleve a tomar conciencia y a preparar nuestra casa y nuestro corazón.
Bajo el lema «Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte» se invita a que esta fiestas navideñas se vivan con sensibilidad, solidaridad y compromiso real: que cada gesto genere esperanza y promueva una dignidad genuina para quienes más lo necesitan. Cáritas quiere hacer visible esa esperanza que nace en lo cotidiano: en la parroquia que acoge, en el voluntario que escucha, en la mano que comparte. Porque la dignidad no puede depender de la suerte, sino de la justicia y la fraternidad que construimos juntos.
Objetivos de la campaña de Navidad
- Sensibilizar y despertar conciencia social
Se promueve una reflexión profunda: la dignidad (vivienda, empleo, salud, educación) no debe depender del azar. La campaña quiere movilizar los corazones hacia la fraternidad, reconociendo la injusticia en las desigualdades actuales. - Fomentar la fraternidad y la acción comunitaria
Se propone vivir una Navidad coherente, que no se quede en adornos, sino que se traduzca en gestos concretos: acompañamiento, acogida y voluntariado, especialmente hacia quienes están en riesgo o exclusión. - Aumentar la colaboración y el compromiso económico Hace un llamamiento claro a la ciudadanía para que realice donaciones, indispensables para sostener los programas de Cáritas que acompañan a personas en vulnerabilidad: alimentación, vivienda, empleo, salud. Porque estas fechas es derroche en todos los sentidos, por lo que pretendemos que la sociedad también derroche solidaridad. Tener una vida digna no debería depender de la suerte, sino ser un derecho para todos: acceso a vivienda, empleo, educación, salud y seguridad.
Foessa
El IX Informe Foessa nos alerta sobre tres grandes desafíos que golpean a las personas más vulnerables: Emergencia habitacional: 1 de cada 4 hogares sufre problemas graves de vivienda. Precariedad laboral: 11 millones de personas viven en inseguridad laboral. Migración: miles de personas se enfrentan a barreras que les impiden integrarse plenamente.
Una radiografía que refleja una realidad cercana en nuestra provincia: cada día constatamos el problema de acceso a la vivienda en las familias que atendemos desde el programa de acogida, así como la evidencia de que, en la actualidad, disponer de un empleo no garantiza la posibilidad de subsistir dignamente. Del mismo modo, desde el Programa de Migraciones, observamos además que las trabas burocráticas continúan ralentizando los procesos, prolongando situaciones de vulnerabilidad y exclusión.
¿Cómo seguir creyendo en la esperanza?
La respuesta es clara: Mientras haya personas, hay esperanza. Cada gesto cuenta. Por eso invitamos a vivir esta Navidad con acciones concretas: alumbra las sombras: sé luz en medio de la oscuridad. Acoge al diferente: practica la hospitalidad. Camina hacia el reencuentro: acompaña a quien está solo. Imagina y construye un mundo mejor: sueña y trabaja por una sociedad más justa. La economía puede crecer, pero si no crece la fraternidad, la sociedad se fractura. El Jubileo de la Esperanza y la campaña de Cáritas nos recuerdan que mientras haya personas dispuestas a compartir, hay futuro.
Desde Cáritas Diocesana de Ciudad Real animamos a realizar gestos de esperanza y dignidad, a ser luz en la vida de otros y a trabajar por un mundo mejor: transformemos la suerte en justicia, la indiferencia en solidaridad y la esperanza en acción. Porque cuando compartimos, cuando nos comprometemos, la dignidad deja de ser un sueño y se convierte en realidad para todos.
