Con el lema El camino de Santiago es largo y está lleno de obstáculos, Cáritas pone de manifiesto la oportunidad de “Caminar Juntos” para conseguir una real y justa mejora de las condiciones en las que viven día a día las personas sin hogar.
Son muchas las circunstancias que les han empujado a vivir en esta situación.
El contexto social que los últimos informes de Cáritas y la Fundación FOESSA nos han ido dibujando, descubren un panorama de sombras y dificultades emergentes en nuestra sociedad, a los que se suma la llegada de personas huyendo de guerras, sequías y violencia, y que arriban a nuestras fronteras territoriales, sociales y emocionales en busca de una justa paz, libertad y esperanza.
La realidad que nos incumbe e interpela, nos muestra más personas viviendo en las periferias, sin acceso a los derechos humanos, en un contexto de clara desprotección social, lo que va conformando un modelo de sociedad que, en vez de velar por los derechos de sus miembros, expulsa a los más frágiles y vulnerables.
Este año queremos poner el foco en el camino y en la posibilidad del encuentro.
El encuentro forma parte de ese camino en el que queremos provocar y ofrecer oportunidades para acercarnos, conocer, dejar que sean las propias personas en situación de sin hogar las que puedan expresar en primera persona quiénes son, qué viven, qué buscan, qué esperan. Conjuntamente, podemos abrir camino a la esperanza desde el lugar común de la dignidad humana que compartimos y que nos iguala, porque nuestra dignidad y la suya valen lo mismo.
Algunos datos:
En el año 2023 se han atendido a 1014 personas en los puntos de información parroquiales, centros de urgencia y centro residencial (no podemos olvidar que estos números son personas que se encuentran con dificultades para ejercer sus derechos como ciudadanos, con las esperanzas mermadas, escasas oportunidades, con salud deteriorada y otras casuísticas complejas que impiden una vida plena…
Sólo queda añadir que nuestro trabajo pretende acoger, acompañar y apoyar en el acceso a sus propios derechos como ciudadanos, así como visibilizar ante la sociedad esta realidad tan cercana. Todo ello partiendo de las capacidades y potencialidades que tenemos todas las personas, también las personas sin hogar, dejándoles tener el protagonismo de sus vidas y facilitando desde el principio la participación en sus propios procesos de recuperación, así como facilitándoles protección a las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad.